Los estiramientos son parte esencial del deporte, aumentan la irrigación en el músculo, hacen que se relaje, aumenta la circulación sanguínea y reducen el dolor que haya podido aparecer tras finalizar el ejercicio físico.
Pero hay que tener cuidado un estiramiento mal ejecutado puede causarte una lesión. Para realizar los ejercicios con seguridad hay que seguir varios principios básicos:
Evita implicar distinta musculatura
Si estiramos de forma descuidada o ejecutando mal el propio estiramiento puede afectar negativamente a otros músculos y articulaciones. Es el principal error que cometen muchas personas y el causante de que piensen que el estiramiento no sirve de nada más que para causar dolor.
Evita el dolor
Debemos estirar el músculo con cuidado, si se fuerza el estiramiento los músculos no cooperarán y sentirás dolor. Al sentir dolor los mecanismos de defensa del organismo se activarán y los músculos cuando sienten dolor se contraen que es lo contrario de lo que se quiere lograr con el estiramiento.
Es cierto que cuando se estira se puede llegar a sentir un dolor muy ligero que puede producir una buena sensación si la molestia no se extiende, pero por supuesto hay que ser capaz de distinguir entre quemazón provocada por el estiramiento y dolor provocado por una posible lesión.
Realiza los movimientos lentamente
Si realizas movimientos bruscos cuando estiras el músculo se estirará demasiado rápido causando dolor y el mencionado sistema de protección del organismo se activara contrayendo el músculo evitando así que puedas estirarlo.
Estirar el músculo correcto
Parece lógico pero para ello hay que emplear la técnica adecuada de estiramiento. Un movimiento que difiera dos o tres grados de la dirección correcta puede significar la diferencia entre estirar el músculo o someter la cápsula articular a una contracción inadecuada.
Siguiendo estos cuatro principios básicos conseguiremos cuidar mejor nuestros músculos y gracias a los estiramientos bien realizados los músculos descansarán más.